Carta abierta a DosMil Catorce

Y qué hago yo contigo DosMil Catorce, cabronazo. ¿Mi resumen de facebook? ¿En serio? ¿me estás pidiendo que haga un resumen de ti? ¿De nosotros? Ya te conozco y sé que lo haces con maldad y alevosía. Que te den.

Y mira que le di caña al 2013 cuando se iba, pensando que nuestra relación sería mucho mejor que la que tuve con él. Qué inocente he sido estos 12 meses. Me has engañado, o me he dejado engañar. No toda la culpa va a ser tuya.

En lugar del resumen de Facebook que me pides, cuando pienso en ti -en nosotros- y me pongo a hacer valoraciones, no puedo evitar recordar la tradición boliviana de aprovechar el final de cada año para solventar las rencillas que puedas tener con tu amigo, con tu enemigo, con tu vecino o con el amante de tu mujer. Y todo de una forma de lo mas civilizada: Reunirse en la plaza del pueblo a darse cates. Uno contra uno. A piñazo limpio. Si yo quedo en pie tengo razón, si me tumbas estaba equivocado. Así de simple. Luego un abrazo y hala, feliz año. Todo olvidado.

Hace unos días, hablando con amigos, llegamos a la reflexión obvia. A quién elegiría este año para zurrarme como dios manda. Reconozco que tenía alguien en mente. Pero DosMil Catorce, si algo bueno me has enseñado es a reflexionar y a pensar bien las cosas. Como ya decidí que no tendría Tiempo para él, lo he descartado. Mis puñetazos son muchos más sinceros que sus palabras. No merece la pena. Tengo que buscarme a otro competidor más digno.

Y aquí es donde entras tú, DosMil Catorce. Te elijo a ti. Sí, a ti, no mires para otro año que sabes de lo que te hablo. Tú has sido el que me lo has quitado todo, ladrón. Todo lo que yo quería te lo has llevado por delante. Sin pestañear, sin remordimientos. E incluso me ha parecido percibir una ligera sonrisa debajo de tus incisivos. A pesar de todo esto, iba a pasar de ti. Pero pedirme ese resumen, para disfrutar con la estrategia de tu plan y recrearte en el daño que me has hecho… Por ahí ya no paso. Vamos a zurrarnos.

Si tienes las horas que hay que tener, te espero en la Plaza del Arenal el día 31 a media noche. Te voy a devolver todos los guantazos que me has dado durante nuestra relación. Serán muchos, y con ganas, pero te adelanto que el de Elena será el que más te va a doler. ¡Ay, cómo te va a doler!

No mereces mis explicaciones. Pero necesito que nos zurremos porque yo nunca he sido rencoroso y quiero seguir sin serlo. Tras la pelea quedaremos en paz, lo prometo. Lo que pase en la plaza se queda en la plaza. De ahí en adelante te recordaré con respeto porque has sido un rival muy duro, lo reconozco.

Pero, tengo malas noticias para ti: No has podido conmigo y yo contigo sí. Tú te mueres y yo sigo adelante. Eres un recuerdo y yo soy el presente. Sé que te jode, pero es lo que hay.

Y antes de que te vayas para siempre quiero decirte algo que puede que te fastidie aún más. Sólo voy a recordar de ti tus cosas buenas, que también las has tenido. Y encima, desde dónde tú estés tendrás que verme comenzar una nueva relación con DosMil Quince. Una niña bonita, y seguramente caprichosa, pero que sin duda será mucho mejor que tú. Por lo pronto me ha asegurado que me enamoraré al menos una vez más. Será  en Mayo. Y sí, también se llamará Elena. Chúpate esa, mamón.

Ya sabes, DosMil Catorce. Lee esto y vete.

Este mensaje se autodestruirá igual que tú, tras las doce campanadas.

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