Luisiana: Marzo de 1.782. Seguía sin creérmelo. Era realmente rico pero estaba a punto de morirme de hambre. — Pues yo me compraría dos guarros — repetía Perico, que hablaba despreocupado y cantarín como si estuviera de sobremesa. A su buen humor habitual se le sumaba la bocina de pregonero que le había costado más de un...
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María observaba a sus vecinos desde el asiento trasero del coche de sus padres. Había elegido para la cena su vestido negro de punto con el escote de pico. Era más discreto de lo que a ella le gustaría, pero un regalo es un regalo. Para añadir su toque personal al conjunto había elegido un...
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